08 febrero 2009


Un hombre permanecía sentado en una piedra, contemplando su hogar desde lejos y con preocupación en la cara... tanta parecía su angustia que no fue capaz de percibir la llegada del inesperado caminante que se detuvo a su lado.

- ¿Qué preocupa tu existencia? - preguntó serenamente el caminante

- Una serpiente entró en mi cabaña, tan sólo su presencia me aterra y estoy aqui sentado esperando que se marche.

El Caminante miró al hombre y éste le devolvió la mirada un tanto extrañado.

- Mata tu a la serpiente, y te daré monedas - dijo el Hombre

El Caminante entró en la cabaña y salió al poco con la serpiente viva en un saco. El hombre se asustó y pidió al caminante que le explicara porque no le había dado muerte...

- Matar a la serpiente no va a hacer que pierdas el miedo a ellas...

El Caminante ni siquiera pidió las monedas que supuestamente iban a ser entregadas por el trabajo. El hombre se quedó mirando como el caminante comenzaba a desaparecer entre los arboles, llevándo consigo la serpiente.