06 marzo 2010
A veces me pregunto que podríamos ver realmente a través de nuestro espejo. Averiguar si realmente es tan sólo un reflejo o si quizás, auspiciados por leyendas y cuentos, es otra versión nuestra, atrapada en un mundo paralelo donde todo podría ser al revés. Minutos perdidos o tiempo incontable mirando y pensando como sería esa otra vida, como sería ese reflejo y si quizás él sería más afortunado o quizás viviría abrumado por la desgracia. Mirar el espejo y contemplar cada uno de los rasgos que te caracterizan. Aprovechar ese momento de intimidad para conocer lo que el resto de personas que te rodean ya conocen. Descubrir toda la compleja galaxia que forma tu ser y aún así, no ser capaz de reconocerla.

Mirar al espejo, y preguntarse que sería lo primero que te diría tu otro yo. Cuales serían sus primeras palabras hacía ti, sabiendo que compartís la misma curiosidad y que quizás todos los valores que podrían presuponerse estarían volteados en cuanto a lo que nosotros, desde nuestro bando, entenderíamos como normal.

Podría, quizás, aventurarnos las respuestas a esos momentos difíciles por los que eventualmente nos atrevemos a cruzar. El gesto de echarse agua y quedarse mirando el espejo, esperando quizás una contestación, no es más que una prueba de esa necesidad de comunicación que tenemos con nosotros mismos. Ese reflejo, esa versión nuestra atrapada en un mundo que no comprenderíamos, puede convertirse en nuestro más fiel aliado, siempre que seas capaz de confiar en ti mismo.

Yo le hablo... y no sirve para nada. Recuerdo una cita que ahora mismo no soy capaz de recordar su autoría pero que me aventuraría a pensar a que la dijo el siempre recurrente Nietzche. Venía a decir de manera sencilla y clara que nosotros mismos somos nuestros peores enemigos. 

Que gran verdad

Ahora, miro mi reflejo, me miro a mi mismo, indiferente y distante conmigo mismo. Impasible en la misma postura esperando una palabra que quizás nunca llegará. Tomando el timón de decisiones imposibles y mezclando en la misma botella el odio y el amor por todo lo que me rodea. Intentar no radicalizar al elegir un lado de cuadrilátero. Buscar ese equilibrio que cada día parece más lejano. Controlar el inconformismo con el mundo entero que despierta las peores partes que descansan en mi interior. El yacimiento natural de rabia y furia que con tesón intentan ser contenidas con fugaces pensamientos positivos que me hacen pensar incluso en una segunda personalidad, en una lucha continua entre dos fuerzas completamente opuestas, míticas, que harán cualquier cosa por hacerse con el dominio de mi voluntad.

Miro el reflejo, como si pensara que todo lo malo perteneciera a ese mundo caótico donde lo diestro es siniestro. Culpar al desconocido de tus propios defectos... pero en el brillo de esos ojos que me devuelve el cristal, en esa contemplación de mi mismo a través del espejo, creo vislumbrar una bondad encerrada que me lleva a pensar a que quizás el malo de este relato soy yo mismo, no mi insulso reflejo que queda atrapado en un mundo perfecto, sin control y lejos de mi.

3 comentarios:

Welo dijo...

Y yo que no tenía ni la menor idea de la existencia de este blog y es más antiguo que carracuca...

Sobre el post, es tan profundo que para comentarlo tendría que hacer una introspección que requeriría demasiado esfuerzo mental.

-BNT- dijo...

Buenas Vichen, no conocía tu blog. Sigue así.Supongo que el dudar de uno mismo y el plantearse todas estas duda que planteas aqui forman parte de la autoconciencia. Nadie nos conoce como nosotros mismos, e incluso eso es un avismo a lo que realmente somos. Me gusta pensar que vivir es como hacer equilibrismo, a veces con red y a veces si ella, pero siempre con un enorme palo que nos ayuda a mantener el equilibrio sobre la cuerda y seguir avanzando. El vertigo está ahí, y siempre hay alguien que te dice "no mires para abajo", pero a ver a quien no se le escapa alguna miradita de vez en cuando y se ve abrumado.

Un abrazo

P.D:Algún día me tienes que hacer un guioncillo y nos presentamos a algún concurso de comic, por los viejos tiempos.

amarchen dijo...

Me alegra ver que vuelves a escribir en tu blog. Solo espero que te lleves bien con tu reflejo. Nunca sabes cuando necesitaras piezas de repuesto...

Un abrazo desde el Estado de la Estrella Solitaria.