13 enero 2005
Una serpiente había mordido a tantos habitantes de la aldea que eran muy pocos los que se atrevían a aventurarse en los campos. Pero era tal la santidad del Maestro que se corrió la noticia de que había domesticado a la serpiente y la había convencido de que practicara la disciplina de la no - violencia.

Al poco tiempo, los habitantes de la aldea habían descubierto que la serpiente se había hecho inofensiva. De modo que se dedicaban a tirarle piedras y a arrastrarla de un lado a otro agarrándola por la cola.

La pobre y apaleada serpiente se arrastró una noche hasta la casa del Maestro para quejarse. El Maestro le dijo: "Amiga mía, has dejado de atemorizar a la gente y eso no es bueno".

"¡Pero si fuiste tú quien me enseño a practicar la disciplina de la no - violencia!"

"Yo te dije que dejaras de hacer daño, no de silbar".

Y la moraleja del tito vichen...

Nos quitamos la armadura para madurar, para ser más buenos, para evolucionar... lo que quieras. Y en cuanto te quitas la armadura que has creado para sobrevivir en el campo de batalla... zas.. flechazo en todo el corazón y muerte automática

Moraleja: Procura quitarte la armadura en la más completa oscuridad, para que nadie descubra donde tiene que dispararte.

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