17 septiembre 2006
Todos tenemos una armadura... una coraza que de alguna manera voluntaria (o no) nos imponemos para poder hacer frente a todo lo que puede dañarnos en esta cochina vida... establecemos contra que queremos que nos proteja y echamos a andar esperando que sea de la utilidad que esperamos.
Normalmente funciona, no pongo en duda la utilidad de dicha coraza... el problema está cuando nos encontramos con esos momentos donde decidimos quitárnosla, abrir esa armadura para mostrar como somos realmente, para apagar todas esas defensas que pueden no llegar a mostrar como realmente somos... Un riesgo... un riesgo que corremos porque creemos que aquella causa que nos hace bajar las defensas nos será grata.
Pero no suele ser asi... y sin armadura una simple flecha puede acabar contigo. Las típicas heridas que luego hay que cerrar volviendo a colocarse la armadura, creando a lo mejor una nueva defensa contra ese daño o intentando aprender de los errores cometidos... algo bastante falso porque acabamos tropezando con la misma piedra.
Dejé mi armadura en verano... confié en mis instintos y ahora tengo una herida que acaba conmigo a una velocidad inesperada. Llega el momento de volver a ponerme la armadura... pero esta vez quiero que sea distinto... quiero una armadura que sellé para siempre lo que soy. Que aisle esa parte de mi que cada día odio mas y la condene a la oscuridad. Una armadura impenetrable que jamás pueda volver a ser abierta. Quizás tenga un alto coste, pero creo que merecerá la pena.
Me doy cuenta que el mundo no está hecho para soñadores... asi que toca evolucionar...
Hoy no me he reído en todo el día...
Empiezo a pensar que se cual será el cambio que me traerá la treintena...
La PD va dedicada a la herida que tengo actualmente:
No hay suficiente hielo en el Polo Norte que pudiera congelar lo que siento por ti.

2 comentarios:

JPNietzche dijo...

Hombre no... No todo va a ser que te quites tu armadura y te den por donde menos te los espere... Los migthy tambien castigamos... Porque ya nos la vemos venir... Y a veces... Antes de quitarnos la coraza... Ya no es una simple cota de malla... Ya es una señora coraza de TA20... Sin penalizador de moviemiento...
Pos antes de eso... Arreamos bien fuerte con nuestra arma favorita... Ya sea a Maza... Hacha o Espada...
Y disfrutamos del salpicar de la sangre y del crujido de los huesos al partirse... Y esas cosas tan dulces que cantaban los manowar...

Anónimo dijo...

Los Manowar, ellos si que saben. Y tal.